QUE SE NOS NOTE EL OBJETIVO
nos hizo perder la guerra.
SOMOS LA LIBERTAD
El socialismo ara los campos de la mente, crea opinión. La opinión, clara y profunda, es lo necesario para la victoria final, para la lucha final. O sea, no basta con fabricar antiopinión. Que la gente sepa que la derecha es perjudicial para la psicología del cerebro no significa que, automáticamente, vaya a ser socialista: este es uno de los errores de la política socialista actual: no basta con denigrar: hay que llevar el agua a nuestro molino.
O sea, el socialismo necesita un espíritu plano sobre el que arar, y arar, entre nosotros, significa poner en la disyuntiva entre la libertad y la tiranía, teniendo en cuenta que nosotros somos la libertad, parezca o que parezca. Socialismo es Libertad, y de eso nadie debe dudar. Cuando la sociedad queda convencida de eso lo demás es fácil. ¿Cómo es posible -les diremos- que se consienta ir contra el progreso o contra que somos dueños de nuestro cuerpo para abortar, y a favor del la guerra o de Israel? ¿Cómo permitir que se esté del lado de los bancos? La libertad verdadera, ya se sabe, exije que se prohiban muchas miserias del pasado, como el calentamiento global. ¿Creen que no liga, que no casa el pasado miserable con el calentamiento? Se equivocan: la gente relaciona las cosas sin pararse a razonarlas. El calentamiento es de derechas, lo hacen las Sociedades Anónimas y la energía atómica. Y decir "Son las preguntas carcas de siempre y de los de siempre" si alguien quiere saber qué se hace con las centrales nucleares de la antigua URSS. La democracia verdadera es, sencillamente, reprimir a los inicuos y si éstos no lo fueran, ¿por qué no militarían en el socialismo?.
Se ha cometido un error, que pocos notan, haciendo que nuestras medidas socialistas se perciban como "Defensa de la Democracia", porque algunos creen que nos portamos como liberales. Pero se ha reparado consiguiendo que esa "democracia" se pre-sienta como socialista y republicana, que es la única posibilidad verdaderamente democrática, como lo fue la República. Ni siquiera hubo dos repúblicas, sino dos democracias, derribadas las dos por "los de siempre".
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